lunes, 18 de enero de 2016

Víctor Dicuru, Mr Venezuela 1971, Leyenda del Fisicoculturismo – Escuela Viviente



En un grato encuentro dentro de las instalaciones del Gimnasio Libertador, mantuvimos una amena conversación con el Mr Venezuela 1970, Víctor Dicuru. 


De entrada nos cuenta que nació hace 68 año en Tucupita, estado Delta Amacuro, y para el año 1971 se hace con el triunfo de fisicoculturista Nacional Mr. Venezuela, el cual lo llevo a viajar representando nuestro país en New York, Estados Unidos y Paris, Francia, así como en Madrid, España. Permitiéndole guardar recuerdos como compartir escenario con Arnold Schwarzenegger, de quien dice tener una simpatía en la pocas palabras que se dijeron. Este participando para Mr Olimpia y Dicuru para el Mr Universo. Igual recuerda estar con los más grandes del deporte codo a codo, sin verse la distancia kilométrica de su país de nacimiento.



Durante los años venideros, Dicoru se mantuvo trabajando como profesor de fisiculturismo, dejándolo luego de su matrimonio, manteniendo en prioridad su compromiso nupcial, mas realizando tutorías en los gimnasios La Carlota, Libertador y Nueva Granada entre otros. Abandonando hace algún tiempo ya la práctica, por problemas en sus cuerdas vocales y fallitas en su corazón.

Algo de lo que siempre queremos saber y compartir es ¿cuáles serían sus consejos para todos aquellos que se encuentran en proceso de entrenamiento y los que buscan ser deportistas dentro del fisiculturismo? A lo que nos respondió, que en la época actual, todo está enfocado a los esteroides, a buscar resultados, a través de los químicos, colocándose en metas irreales y no sanas. No se enfocan en buscar lo bonito del deporte. “tengan disciplina, que lo hagan con amor y cariño”, “los resultados se ven con el tiempo, lento pero con resultados”.


Palabras sabias que nos dejan pensar, en que el tiempo no dará el premio a las metas realistas y sanas.

Agradecemos el tiempo que tuvo para nosotros el gran Víctor Dicuru y deseamos para el salud y que nos permita seguir aprendió, que como él, las leyendas sean un libro abierto.